Marcelo José Amarfil, la víctima, llevaba una vida reservada. Al menos, en las redes sociales. Su perfil de Instagram figura como privado y en su cuenta en Facebook solo aparece una foto, que en principio no se podía confirmar si pertenecía al ahora fallecido o no. Finalmente, un allegado a la familia lo corroboró.
El profesor de educación física era el menor de tres hermanos. Una de sus hermanas está radicada en Estados Unidos y la otra vivía con él en la vieja casa familiar sobre calle Mendoza, casi frente al barrio Cabot en Concepción. Su mamá murió hace un mes, dijo un conocido suyo.
Últimamente, Amarfil no estaba haciendo docencia en establecimientos educativos y sus pocos ingresos provenían de su tarea de entrenador en un gimnasio. Un investigador señaló que, de acuerdo a las averiguaciones, no andaba económicamente bien. Es más, la versión es que la noche del 16 de enero, cuando Amarfil se reunió con la ahora sospechosa Luciana Teresita Bustos Sánchez, ésta lo fue a buscar en su auto y le pagó la cena que compartieron en un conocido bar de Santa Lucía.
Allí estuvieron hasta pasado los primeros minutos del miércoles 17 de enero y partieron en el auto Ford Fiesta de la profesora de historia hacia ese sitio oscuro ubicado en cercanías del aeropuerto de Las Chacritas, en 9 de Julio.
Eran amigos, según declaró la licenciada en Historia de la UNSJ e investigadora del CONICET, pero al parecer mantenían una relación oculta a espaldas de la pareja de la profesional de 33 años. Los amigos del Amarfil sabían de ese vínculo, que iba más allá de amigos, explicó un investigador.
Esa noche fueron a ese lugar alejado y poco transitado para tener sexo, según la hipótesis que barajan los fiscales Francisco Pizarro y Adrián Riveros junto al equipo de la UFI Delitos Especiales. La docente Bustos Sánchez juró nada de lo que dicen es verdad, que Amarfil tuvo un ataque de furia o algo así como un brote psicótico, entonces se desnudó y se autoagredió con el cuchillo que ella guardaba en la gaveta.
La teoría de los investigadores judiciales, en función a las pruebas y objetos encontrados en el lugar, es que Amarfil y Bustos Sánchez estaban teniendo sexo sobre el asiento del conductor. Se encontraron restos de semen. Qué el profesor de educación física se encontraba desnudo, maniatado con unas esposas de cuero y con los ojos tapados con el antifaz que hallaron en el coche.
La sospecha es que ahí la chica lo atacó a traición con ese cuchillo de asador. Eso explica de por qué los fiscales pidieron que la docente sea imputada por el delito de homicidio agravado por la alevosía. En esa línea, los investigadores están convencidos que en esos momentos, entre 0.20 y las 1.40 horas, ella le dio esos cuchillazos a la altura de una de las mejillas y el cuello –le cortó la aorta- a Amarfil. Se cree que éste buscó defenderse, por eso recibió otra herida cortante en una mano.
Fue casualidad que justo en esos instantes apareciera un policía motorizado, que andaba de recorrida. Ese uniformado fue el que se encontró con el cuadro aterrador y sangriento, con Bustos Sánchez en corpiño en medio de calle y con el cadáver de Amarfil tendido sobre el pavimento, desnudo y todo ensangrentado por los cuchillazos que le propinaron.
Ella ahora se encuentra presa, como única imputada en el estremecedor caso del profesor de educación física muerto a cuchillazos.