El segundo tiempo fue todo de Argentina. Mereció no ir al suplementario. Fue al frente con o sin Messi. Aguantó el momento emocional de quedarse sin su capitán y se llevó puesto al rival desde todo los aspectos: físico, táctico y futbolístico. Le faltó ese toque de fortuna para definirlo en los 90′ porque las chances las tuvo, todas en los últimos 15′ cuando las piernas más pesaban. La tecnología atragantó el grito de Nico, quien después tuvo dos más que se fueron muy cerquita.
Y la Selección lo fue a buscar hasta el final y lo encontró porque esta Scaloneta está tocada con la varita mágica de Messi y Di María. Como si no alcanzaran las alegrías, la Selección llegó 16 Copas Américas, pasó a Uruguay y es el capo del continente.